Por .Hanzel.
“Estamos todos tan juntos y, sin embargo, todo estamos muriendo de soledad” (Leo Buscaglia)
Existen dos formas de enfrentarse a la soledad; la primera es aprendiendo a lidiar con ella, simplemente acostumbrarse a su compañía. La segunda y la más usual, es evitarla, es cuando uno no puede estar consigo mismo y se trata de encontrar a alguien que le de un vuelco a ese sentimiento.
La historia de Marina Farfán y Victor Mina en la película “Párpados Azúles” (Ópera prima de Ernesto Contreras) es el claro reflejo de lo que ocurre en el segundo de los casos antes señalados.
Marina (Cecilia Suárez) es una mujer de aproximadamente 30 años que vive la vida sumergida en la rutina. Su vida ya no conoce factores sorpresa; el mismo apartamento, un teléfono que nunca recibe llamadas, una cama vacía en donde ella sola se basta para saberse amada de vez en cuando; el trabajo es igual de gris, una tienda dedicada a vender uniformes, en donde la aventura máxima del día puede ser doblar las prendas nuevas.
Un buen día, pareciera ser que todo va cambiar, Marina gana un viaje para dos personas a la playa, el problema es ¿A quién invitar?, la chica recorre su agenda pero a nadie parece interesarle. Esta situación le hace ver la realidad, el darse cuenta que efectivamente…está sola.
Posteriormente Marina se encuentra con un supuesto ex compañero de la secundaria llamado Victor Mina (Enrique Arreola), a quién simplemente ella no parecer recordar, es él quién la reconoce. Tras varios intentos fallidos de encontrar un posible acompañante, Marina encuentra en Victor una posibilidad de “encontrar la felicidad en ese viaje” a lado de él.
Victor al igual que ella, es un personaje gris, solo, acostumbrado por años a la rutina, en un empleo en donde nadie le reconoce; da lo mismo si está o no, su única compañía es la televisión a la cual ni siquiera pone atención, es tan solo la necesidad de sentir que hay alguien más en casa. Marina, de la misma forma, calma ese sentimiento sepulcral de estar sola al encender el radio, sin importar la estación, es sólo la necesidad de escuchar voces, de sentir por un instante que hay alguien ahí.
Definitivamente al comenzar la historia, uno puede creer como espectador atar cabos desde un principio, sin embargo definitivamente hay situaciones y elementos que de le dan un giro interesante al resto de la historia.
Es interesante el hecho de que a veces el ser humano se niega a su soledad y necesita sentir la presencia de alguien al lado, eso, el simple que hecho de saber que hay alguien, aunque se carezca de un vínculo. Es el hecho de saber que esa persona esta ahí.
Es una historia muy apegada a la realidad, los personajes son muy interesantes son igual de reales que la historia. No es el típico galán ni la típica actriz rompe corazones, realmente creo que es una película en suma recomendable, con algunos tintes cómicos y que realmente nos deja meditando un rato con respecto a si efectivamente es lo mejor tener a alguien por no sentirnos solos.
Imagen tomada de:
http://i.esmas.com/image/0/000/005/743/PARPADOS370x270.jpg
Ficha
Director: Ernesto Contreras
Guión: Carlos Contreras
Intérpretes: Cecilia Suárez, Enrique Arreola, Ana Ofelia Murguía, Tiaré Scanda, Angélica Aragón
Duración: 110 m.
País: México
“Estamos todos tan juntos y, sin embargo, todo estamos muriendo de soledad” (Leo Buscaglia)
Existen dos formas de enfrentarse a la soledad; la primera es aprendiendo a lidiar con ella, simplemente acostumbrarse a su compañía. La segunda y la más usual, es evitarla, es cuando uno no puede estar consigo mismo y se trata de encontrar a alguien que le de un vuelco a ese sentimiento.
La historia de Marina Farfán y Victor Mina en la película “Párpados Azúles” (Ópera prima de Ernesto Contreras) es el claro reflejo de lo que ocurre en el segundo de los casos antes señalados.
Marina (Cecilia Suárez) es una mujer de aproximadamente 30 años que vive la vida sumergida en la rutina. Su vida ya no conoce factores sorpresa; el mismo apartamento, un teléfono que nunca recibe llamadas, una cama vacía en donde ella sola se basta para saberse amada de vez en cuando; el trabajo es igual de gris, una tienda dedicada a vender uniformes, en donde la aventura máxima del día puede ser doblar las prendas nuevas.
Un buen día, pareciera ser que todo va cambiar, Marina gana un viaje para dos personas a la playa, el problema es ¿A quién invitar?, la chica recorre su agenda pero a nadie parece interesarle. Esta situación le hace ver la realidad, el darse cuenta que efectivamente…está sola.
Posteriormente Marina se encuentra con un supuesto ex compañero de la secundaria llamado Victor Mina (Enrique Arreola), a quién simplemente ella no parecer recordar, es él quién la reconoce. Tras varios intentos fallidos de encontrar un posible acompañante, Marina encuentra en Victor una posibilidad de “encontrar la felicidad en ese viaje” a lado de él.
Victor al igual que ella, es un personaje gris, solo, acostumbrado por años a la rutina, en un empleo en donde nadie le reconoce; da lo mismo si está o no, su única compañía es la televisión a la cual ni siquiera pone atención, es tan solo la necesidad de sentir que hay alguien más en casa. Marina, de la misma forma, calma ese sentimiento sepulcral de estar sola al encender el radio, sin importar la estación, es sólo la necesidad de escuchar voces, de sentir por un instante que hay alguien ahí.
Definitivamente al comenzar la historia, uno puede creer como espectador atar cabos desde un principio, sin embargo definitivamente hay situaciones y elementos que de le dan un giro interesante al resto de la historia.
Es interesante el hecho de que a veces el ser humano se niega a su soledad y necesita sentir la presencia de alguien al lado, eso, el simple que hecho de saber que hay alguien, aunque se carezca de un vínculo. Es el hecho de saber que esa persona esta ahí.
Es una historia muy apegada a la realidad, los personajes son muy interesantes son igual de reales que la historia. No es el típico galán ni la típica actriz rompe corazones, realmente creo que es una película en suma recomendable, con algunos tintes cómicos y que realmente nos deja meditando un rato con respecto a si efectivamente es lo mejor tener a alguien por no sentirnos solos.
Imagen tomada de:
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Ficha
Director: Ernesto Contreras
Guión: Carlos Contreras
Intérpretes: Cecilia Suárez, Enrique Arreola, Ana Ofelia Murguía, Tiaré Scanda, Angélica Aragón
Duración: 110 m.
País: México
-Virtual Press Room-
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