Rock pal Sureste fue definitivamente uno de los mejores conciertos de rock del año, si no es que el mejor. De nuevo el Bosque de Tlalpan, se colmo de miles de voces con el objetivo de ayudar a una noble causa, debido a que todo lo que se recaudo con los accesos será donado a el Fideicomiso para la salud de los niños indígenas de México, A. C.

Zoé fue el que se encargo de abrir esta fiesta, la banda comandada por León Laguerri con muy pocas palabras ante su público y el desprecio de otros, logro provocar cierta emotividad entre los que iban con la intención de escuchar a la banda.

La música con temática política, social y sexual, broto de los instrumentos y voces de Molotov, quienes con canciones como Puto y Chinga tu madre, hicieron que los asistentes reventaran al máximo, todo esto con un pleno ambiente de colaboración y de conciencia.

““#$%& el que no brinque, el que no salte”

Llego el turno de los tacubos, los cuales como siempre son garantía en el escenario, No controles, Eres, Volver a comenzar, entre otras pusieron la antesala para posteriormente poner a bailar a la banda con la legendaria canción, El baile y el salón. A pesar de haber tenido algunas fallas de audio, el publico aprovecho par demostrar su fidelidad vociferándoles: ¡Aun así son grandes Tacvbos!

La leyenda urbana con su interminable mensaje de paz y baile subió al escenario, La Maldita Vecindad, llegaron para cerrar con broche de oro el festín, Roco, Pato, El Sax y los de más músicos de esta banda, tocaron sus mejores éxitos, como Solin, El tieso y la negra soledad, entre otros, para después cerrar con el éxito de años Kumbala.

Así pues finalizo sin problema alguno esta enorme fiesta de apoyo, en este nuevo gran escenario que poco a poco se ha ido consagrando como una opción más para los grandes de la música, y también para nuevas propuestas.