Por: Gibrán Ramírez

Haciendo un recuento de las cosas que me hicieron decidir estudiar Ciencia Política, encontré que una parte de la fascinación de la política vino de sus partes más ocultas, de sus entrañas o de sus sótanos como diría Héctor Aguilar Camín. Todo esto lo encontré en la novela política, mezcla de ficción con asuntos reales y algunas veces –según me parece- con agudo análisis.

Mi camino en la lectura de novela política ha sido corto, sin embargo estas novelas son mis lecturas favoritas; es verdad que toda novela tiene algo de político o en su defecto contiene relaciones de poder que entran en el estudio de la fenomenología del poder, como lo son las relaciones entre novios, entre amigos o entre compañeros. Por eso la novela política es especialmente deliciosa. Es el lugar donde podemos encontrar a la política como es: “La actuación pública de las pasiones privadas”.

Una de las novelas que marcó mi gusto por la política fue precisamente “La silla del Águila ” de don Carlos Fuentes, leí esta historia apenas salió a la venta –hace ya más de cuatro años- y ahora se me hizo necesaria su relectura, recordaba en especial una frase que me hacía ruido y que está contenida desde la contraportada; “Hemos vivido con los ojos pelones sin saber lo que es democracia, desde los aztecas hasta el PRI, con esa pelota nunca se ha jugado aquí” reza dicha frase, y me hacía ruido precisamente por el repunte electoral que ha tenido el PRI , después de que parecía muerto.

En el análisis (que no pretende ser tal) contenido en la novela, se hace especial énfasis en el retorno del antidemocrático PRI por la falta de cultura democrática de la sociedad mexicana y acaso por su necesidad de tener al mando a alguien que usurpe por nosotros la valiosísima función de decidir.

Son varias las coincidencias a tomar en cuenta entre la novela y la actual realidad política: un presidente débil, una poderosísima mujer, un secretario de gobernación poco hábil, un PRI en repunte, y otras cosas.

¿Se aproxima un regreso del partido de antaño?
¿Manlio Fabio Beltrones será el hombre del próximo sexenio?
¿México no puede ser democrático?

Estas preguntas son respondidas, si no con la precisión que un politólogo podría hacerlo, sí con la intuición literaria de quien conoce a la perfección las pasiones humanas y su juego en la vida pública de nuestro país.

Este pequeño escrito es solo una invitación para leer “La silla del Águila”. Nos veremos pronto. Para los que no les da hueva leerme, gracias.