Por: Sacnité Rodríguez

Tras la gran sábana blanca, Abraham avasallaba a Marla, alzaba la flama al arrancar la falda para apartar las bragas ya manchadas. La agarraba, la arrastraba, al azar arañaba las nalgas paradas. Cabalgaba a Marla hasta sangrarla. Abraham clamaba mamadas, clamaba anal. Marla pasmada ladraba, ladraba, ladraba.

Danzaban manchas blancas plasmadas a la cama.

Acabada la bacanal malsana, baja la paz, la calma. Ya nada pasaba. Las ranas cantaban aplacadas, las cabras atrapadas danzaban. Las arañas andaban calmadas. Las vacas pastaban cansadas. Las gatas avaras callaban, las salamandras saltaban apartadas. Las parvadas vagaban. Ya nada pasaba.

La malvada llamada masacra la calma.

- Habla Satanás: ¡Mata a Abraham! Ama a Amanda.

Acabada la llamada, las palabras amargas cavan largas llagas a Marla.

Marla agarra la bata anaranjada, apaga la lámpara, baja atarantada a la sala. Atrás, Satán cantaba: -Mañana al alba, Abraham clamará a Amanda amarla, mañana al alba.

Marla callaba.

Satanás a carcajadas hablaba: -Mañana al alba, al alba, Abraham amará a la gran dama Amanda.

- ¡Basta ya Satán! ¡Basta patán! ¡Calla ya lacra malvada! ¡Calla alacrán!- bramaba Marla.

Las llagas agrandadas avanzan a zancadas.

Satanás hablaba: -¡Mata, mata, mata!

-Abraham jamás hallará a Amanda, jamás la amará- hablaba Marla.

Marla daba la cara al mar, sabrá hallar la calma hasta matar a Abraham. Hasta matar a Abraham Marla hallará la calma.

-Abraham pagará la mala trazada.

Alarmada Marla agarra la atarazana: abraza la daga malva, la navaja sagrada, las balas amalgamadas. La malvada hacha.

Va a la cama atrabancada, va a la carga.

Amarra a Abraham a la cama manchada. Abraham traspasaba la nada. Clava la daga malva a la garganta, la navaja sagrada va a la cara. ¡Abracadabra! Marla castra a Abraham, gran drama. Abraham sangraba. La cama más manchada andaba. Satanás a carcajadas danzaba.

Abraham anda al más allá.

Nada más faltaba cavar la zanja para Abraham. Lavar la sábana manchada para acabar la malvada hazaña.

Satanás habla a Marla: - Ja, tarada, tarada, ja ja ja.

Cada carcajada taladraba a Marla. Amargada anda al matar a Abraham. Satanás gana. Marla aplastada, lanzada al drama, traspasa la casa, pasa la plaza, va al mar.

Allá, alza la cara para clamar franca paz al alma. Marla salta a la barranca, la Parca la abraza.

Hasta mañana.

Siempre podrán formase nuevas y diversas historias, empero, estarán atrapadas en las mismas palabras. El lenguaje nos circunscribe, incapacita nuestra libertad creadora. Nos alza murallas infranqueables que debemos transgredir creando un nuevo lenguaje, en el cual lo inefable desaparezca y lo imposible sea negado en el devenir de nuestra propia creación.