Definitivo, sin rodeos y directo, el amor es sin duda alguna uno de los sentimientos más complejos que se puedan generar en el ser humano, otra verdad absoluta es que así como te sacude y llena de energía, de un momento a otro, sin anticipo ni previo aviso, zas!!, te caes de la nube y das el peor azotón que te puedas imaginar.

Ouchhhhh!!!!, duele y duele mucho, no hay forma, ni lenguaje capaz de describirlo, es simplemente inversamente proporcional a la felicidad que alguna vez sentiste. Lo peor es que no hay forma de olvidarlo, es como un maldito tatuaje que se te queda ahí por el resto de tus días.

Al buscar consuelo, alguna medicina, Dios!!!, algo que simplemente borre lo que por dentro te esta aniquilando, te encuentras con un sin fin de consejos: “no te preocupes, ya llegará alguien que si te valore” “animo, mañana ya estarás bien” “hey, tu vales mucho y ese patán no te merecía” “malditos hombres!!!!”, etc., etc., en fin para la gente es muy sencillo hablar, lo único que hay de cierto es que uno quisiera borrarlos de la mente, dejar de sentir por un momento todo el dolor y todas las cosas que tanto daño te hicieron.

Pues bueno, ahora yo te pregunto a ti lector, ¿Qué pasaría si pudieras hacerlo?, ¿si alguien pudiese borrar de tu memoria a una persona y todos los recuerdos que en torno a ella se agrupan?, eso es efectivamente lo que pudieron hacer Joel y Clementine en “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos” Una película norteamericana dirigida por Michel Gondry en el 2004, en donde por primera vez en su trayectoria como actor, puedo reconocer y exaltar la actuación de Jim Carrey en esta película.

Por primera vez, no hay muecas sobreactuadas o la típica comedia gringa con la que regularmente asociamos a este actor quién actúa al lado de Kate Winslet (Clementine), una joven de carácter impulsivo, que no mide las consecuencias que pueden acarrear sus actos, se deja llevar por los sentimientos que la rigen al momento. En esta, como en toda buena pareja, el encanto comienza a desvanecerse hasta que finalmente deciden terminar después de una fuerte discusión.

Clementine acude a Lacuna Inc, una clínica que definitivamente solo en la ficción podría existir, dedicada a borrar a las personas y recuerdos en torno a ellas. El proceso puede resultar melancólico, pero de eso se trata, evocar y sacar a flor de piel todo lo que en algún momento esa persona significó, pareciera que los sentimientos son acorralados y finalmente acribillados, uno a uno, hasta que no queda huella alguna de esa persona.

De tal forma el paciente puede continuar e iniciar un nuevo proyecto de vida, sin esos recuerdos que lo anclaban a un pasado doloroso.

Joel decide buscar a Clementine, pero ella simplemente no lo reconoce a causa del tratamiento, es entonces que él también decide acudir a la clínica y experimentar el procedimiento para borrarla de su memoria.

Tendrás que ser tú quién descubra el final, definitivamente inesperado, tan de ficción pero a la par tan real y humano ¿puede ser posible? al concluir la película pude comprender que no hay explicación alguna, que simplemente a veces las personas deben estar en nuestras vidas, están ahí por alguna razón, algo nos debieron haber enseñado.

Sin duda alguna, bueno o malo, algo en ti cambió después de haber conocido a esa persona. Si te lastimaron, echa un vistazo en tu interior y descubre que quizá era necesario experimentar lo que viviste para poder crecer, para aprender algo, trata de extraer la mayor cantidad posible de experiencias y conocimientos, llévalas contigo por donde vayas y no intentes borrar tu pasado que a final de cuentas a hecho de ti lo que eres hoy. Y definitivo patanes y patanas hay de sobra en este mundo, creo que nada puede justificar la actitud de algunas personas, así que a echarle ganas y tratar de sacar lo mejor.

Definitivo, tienen que echarle un vistazo.

Ficha técnica

Dirección: Michel Gondry
Producción: Steve Golin y Anthoni Bregman
Guión: Charlie Kaufman
Reparto principal: Jim Carrey y Kate Winslet
País: Estados Unidos
Año: 2004
Género: Comedia romántica/Ciencia ficción