A hombros de otros enanos ~ V i r t u a l P r e s s R o o m

A hombros de otros enanos




  • A modo de reseña de “A hombros de gigantes” de Umberto Eco en “A paso de cangrejo”

Por: Gibrán Ramírez Reyes

Humberto Eco comienza su ensayo planteando la subsistencia de la afección que ha causado la lucha entre padres e hijos a través de los tiempos, dice que no es necesario ser psicoanalista para “saber que los hijos tienden a matar a los padres” pero que “paralelamente a esto siempre ha existido el ataque de los padres a los hijos” y a continuación cita algunos ejemplos provenientes de la Biblia y de la mitología clásica.

La parte más interesante del texto sucede a la que descrita anteriormente, en ella se traslada el conflicto “filio-paternal” a las esferas del arte y el conocimiento en general. En este punto se hace evidente el choque de dos posturas, choque que viene desde la antigüedad y ha marcado el curso de la renovación del conocimiento; es el conflicto que se da entre aquellos que piensan que todo lo que les es contemporáneo es mejor y aquellos que están por la imitación de los antiguos. Mientras acontece este encuentro irreconciliable de posturas, la discusión cultural se ve enriquecida por nuevos elementos y nuevos puntos de vista acerca de estos nuevos elementos ( que no son nada más que un ‘re-make’ o una mezcla de elementos antigüos) que –dependiendo de su aceptación o rechazo - ocasionan un cambio en los conceptos de vicio y virtud en la disciplina en de la que se trate; en ese sentido los hijos matan a sus padres haciendo exactamente lo contrario a lo que ellos establecen o mandan, este fenómeno puede hallarse sin más problemas en la confrontación de la estética clásica contra la hispérica, o en las mutaciones que sufrió el latín clásico.

Es verdad que el parricidio del que nos habla Eco, se realiza remontándose a “un antepasado que se considera mejor que el padre” , entonces, ¿Qué es la innovación? La innovación se plantea como una sucesión de “parricidios” aunque esta sucesión esté planteada como un retorno a lo antiguo (quizás esas ideas antiguas fueron víctimas del parricidio de sus inmediatos sucesores) que muchas veces se idealiza, en este sentido nos menciona Eco que “El elogio a los más antiguos es el paso a través del cual los innovadores van a buscar las razones de la propia innovación en una tradición que los padres han olvidado” , lo que yo podría traducir como que “la innovación es un proceso de profundización y/o refutación que se da en el marco del redescubrimiento de cierto conocimiento o tradición intelectual o artística, lo cual nos conduce a una renovación del conocimiento mismo”

Dado que en la Edad Media, el conocimiento sobre alguna área en particular era sostenido como verdadero en tato lo avalara alguna tesis que le precediera, los innovadores se negaron a ser vistos como tal e incluso es posible que ni siquiera se consideraran de ese modo; en contraste, un “pensador de nuestros días tiene que mostrar algo diferente de sus inmediatos predecesores para ser tomado en serio” , pero este pensador no conocerá –evidentemente – de experiencia y teoría propia todo lo referente a su disciplina, tendrá que apoyarse , como cualquiera, en el conocimiento generado por los que le precedieron inmediata y no inmediatamente, es de este modo como puede darse un avance (¿o evolución?) y diversificación en cualquier disciplina artística, filosófica, teórica o científica. A este respecto comentaba Bernardo de Chartres que somos como “enanos que están sobre los hombros de los gigantes de modo que podemos ver más lejos que ellos… al estar sobre sus hombros, estamos más altos que ellos” (9), este aforismo, -que por su contexto invitaba a innovar tomando a los antiguos como inspiración, pero censuraba copiar su estilo- y su concepto han sido usados más o menos frecuentemente en el transcurso del tiempo, pero su connotación cambia, antes se refería a la relación entre padres e hijos y después se convierte en “un dicho que marca el carácter progresivo de la ciencia”.

La visión de la historia como movimiento que se encamina hacia el futuro (posición milenarista que nos afirma nuestro acercamiento a la parusía final) es herencia del cristianismo como nos dice Eco, y tomando en cuenta este avance progresivo, la modernidad es considerada como innovación (recordemos que se innova recuperando modelos olvidados) aún a pesar de que para movimientos que han sido calificados de revolucionarios como el Renacimiento, sean en realidad un “retorno a la tradición intemporal”, es decir, el parricidio se comete recurriendo a otros antepasados, esta es una constante palpable en la obra de Kant, la de Darwin, Marx, Hegel y seguramente muchísimos más, seguramente todos los innovadores; esta reapropiación del pasado surge también en la esfera artística.

El punto extremo del parricidio modernista surge en las vanguardias históricas del siglo XX que pretende desligarse de los gigantes anteriores, reaparece aquí el rechazo de los nuevos hacia los viejos gigantes, que se da con el homenaje a los enanos. A pesar de esto, aún los movimientos juveniles por excelencia muestran una necesidad de recuperar viejos gigantes, como en el 68 se hizo con Marx, Lenin o Mao; sin embargo, los movimientos juveniles por excelencia son menos que antaño, debido esto, a una suerte de globalización cultural (que paradójicamente ha determinado la variedad de edades en el movimiento globalifóbico actual) que plantea Eco, en la cual la sucesión de conocimiento, moda y gusto se da ininterrumpidamente haciendo cada vez más pequeña la brecha generacional y más imperceptible el ‘parricidio’, esta disminución de la brecha hace que sólo sea posible distinguirla de modo evidente en algunos rasgos todavía divisorios entre generaciones como el piercing en la lengua. Las formas de parricidio evolucionarán o están haciéndolo, aún cuando el “crepúsculo de las ideologías” declarado por Eco, haga las divisiones un poco menos perceptibles.

Aceptemos pues, competir en la escalada de enanos sobre los hombros de otros enanos, que pretenden ver más allá que los primeros y son a cada paso superados debido al avance de la innovación ininterrumpida.

No creo que en esta era de los enanos, halla gigantes y menos aún los que pretendan serlo, si los gigantes como Newton llegaron a considerarse enanos, quizás la competencia –en nuestros días- sea por ser el enano que mejor llegue a sentarse en los hombros de otros enanos y de sus respectivos gigantes.
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